Se trata de un autobús sobre plataforma separada del tráfico que realiza un trayecto similar al de un tranvía o un metro en superficie, con similares paradas. Se trata pues de un medio más rápido que el autobús convencional puesto que la distancia entre paradas es mayor y circula segregado del tráfico.

El Metrobús que se instalará en Madrid tendrá una serie de características que lo diferenciarán de otros. Mientras que en Ciudad de México, uno de los referentes de este medio, circula por carriles de una calzada separados por balizas y barreras, el nuestro circulará por una vía de nueva creación, independiente de cualquier otra, con cruces a distinto nivel, y totalmente cercada. Además, en lugar de los betunes convencionales para el pavimento, se usará una mezcla de neumáticos reciclados, que, según la Consejería de Transportes, convertirá al Metrobús en un medio silencioso; y se dejará preparado para, en previsión de una gran demanda, transformarlo en un metro ligero. En cuanto a la alimentación de los autobuses, será mediante gas, que aunque menos contaminante que el diésel, no deja de estar 100 % libre de humos, algo en lo que el Metro de siempre gana por goleada.